En esta
Jornada, una de las más queridas de la Iglesia, no nos olvidemos también de
rezar por la perseverancia y la entrega de todos y todas que asumen el oficio de pastor en tantos lugares lejanos y de Misión, la
periferia de la Iglesia, donde se juega la fe y la esperanza en la presencia
simple y amorosa de un o consagrado o una consagrada.
El Buen Padre les llene
el alma de bendiciones hermanos y hermanas Pastores y Pastoras de la Iglesia Santa de
Dios.
No hay comentarios :
Publicar un comentario